La Antroposofía 

Desarrollada por Rudolf Steiner (1861 – 1925), filósofo, pensador y educador austriaco. Quién la describe como una ciencia espiritual y un camino de conocimiento que puede guiar al ser humano hacia las verdades universales. Se refiere tanto al mundo de los fenómenos sensorios (lo que entendemos como realidad cotidiana que percibimos con los 5 sentidos) como también, a “la realidad invisible”, que está detrás de estos fenómenos, a la cual solo es posible acceder, a través de un camino de autoconocimiento. Esto se hace por medio de la autoeducación, de manera de ir despertando facultades de percepción espiritual latentes en cada alma humana, para entender al ser humano en su totalidad, y así comprender, que no es posible separar cuerpo, alma y espíritu.

Todo ello bajo el entendimiento de que somos seres duales, habitamos una realidad cotidiana y pedestre, donde nos enfrentamos a nuestros deseos, nuestros miedos y nuestras necesidades del día a día. Pero además una realidad donde habitan nuestros sueños, nuestros propósitos y nuestra misión de vida.

Medicina Antroposófica

Es un tipo de medicina que ve al ser humano como un ser integral, compuesto de una parte física, emocional, mental y espiritual.

Aquí lo espiritual toma un sentido muy distinto a lo religioso, ya que lo espiritual se entiende, como la voluntad personal de ser mejor persona, poniendo progresivamente más conciencia en la vida, lo que para el escritor Eckhart Tolle, seria: “ir desarrollando una presencia plena”

El ser humano es cuerpo (lo físico-material), alma (el mundo emocional) y espíritu (ese Yo único en cada uno, que nos da coherencia existencial y un sentido de trascendencia). Por ello, la enfermedad y la curación deben, necesariamente, contemplar estas tres dimensiones.

Si queremos tener salud no podemos evitar la enfermedad, esta estimula el sano desarrollo del ser humano en crecimiento, en sí es un proceso de aprendizaje, para niños y adultos. La actitud correcta es ayudar al organismo a su curación, lo que es completamente distinto a querer suprimir sus síntomas. Por ello, promueve la vida saludable, que incluya una alimentación sana y consciente, el uso de medicamentos naturales, para evitar las complicaciones e interferencias de los medicamentos químicos, (entendiendo estos últimos como compuestos sintetizados por los laboratorios farmacéutica a escala industrial).

Como también, una relación sana con la naturaleza y las bellas artes, un mundo emocional amoroso, que signifique promover todo lo que tiene que ver con la felicidad. Observar a los hijos e hijas, para entregarles una educación lo más a fin con sus verdaderas necesidades, evitando el estrés y la sobrecarga académica. Que haya vida de familia, aunque la pareja ya no esté junta, que los padres y madres a través de la autoconciencia, conquisten la coherencia en sus vidas, y una sana afectividad, eso les dará salud a ellos y a sus familias.

De ahí lo importante que es el enfoque familiar y biográfico, que hace esta medicina antroposófica en el paciente adulto, abarcando de forma más completa, la experiencia real de ser un ser humano.

Es una medicina PARA LA SALUD Y EL CONOCIMIENTO DE SI MISMO

Es una medicina que parte de un paradigma distinto, no somos seres puramente materiales, sino duales, somos seres portadores de un alma, la que podríamos definir como ese lugar íntimo de cada uno, donde vamos analizando y guardando lo más valioso de nuestra experiencia humana.

Desde esta mirada, la enfermedad surge en la infancia como una manera de hacer ajustes tanto físicos, emocionales y espirituales, cómo una manera de mejorar la relación alma cuerpo, en un ser humano que va creciendo y cambiando. La enfermedad es una manera indirecta de decir, que hay ciertos aspectos a nivel celular, metabólico, neuro inmuno endocrinológica o emocional en desequilibrio, o bien, que ya corresponde remodelar profundamente la corporalidad, de acuerdo a la teoría de los septenios, porque estamos pasando a una nueva etapa de nuestra vida.

Para ello, echa mano al gran remodelador del cuerpo físico, llamado enfermedad, y en particular en la infancia, la enfermedad febril, para hacerse cargo de estos cambios o desequilibrios necesarios de enfrentar en el crecimiento y desarrollo personal.

El médico antroposófico favorece el que ocurran estos procesos, y ya no lucha contra la enfermedad, sino que promueve que esta se resuelva de la mejor forma, para lograr los objetivos que la individualidad de ese ser humano necesita. Porque entiende que hay algo que ocurre más allá de un simple encuentro virus o bacteria-ser humano. Ello conlleva naturalmente el desarrollo de un mejor y más eficiente sistema inmune.

Evidentemente que siempre lo más importante será cuidar la vida de ese ser humano, y si hay un agravamiento o por alguna razón justificada es necesario dar un soporte médico tradicional, en servicio de urgencias, en unidad intensiva o cirugía , eso se hará, ya que no se espera  jamás poner en riesgo la salud, pero siempre desde una óptica conservadora,  en términos de no actuar de más, evitando medicamentos químicos sintéticos o procedimiento innecesarios bajo la óptica de ayudar al organismo y al individuo a ver y entender sus procesos de salud/enfermedad.

Cuando hay una complicación y hay que acudir a tratamientos más invasivos, para evitar un daño mayor, significará que el individuo no está preparado en ese momento, para sostener naturalmente este proceso de enfermedad. Entonces después de compensarlo y llevarlo a un nuevo equilibrio, y recuperar su salud,  a través de químicos, cirugías, cuidados intensivos (ITU) etc, se hará un trabajo con medicamentos naturales, terapias antroposóficas y/o manejo psicológico, para que pueda entender cuál es el conflicto biográfico, que esta grave enfermedad evidenció y pueda así, hacer los cambios necesarios a través de un “darse cuenta”, para producir un verdadero crecimiento personal y poder entender que la enfermedad tiene un profundo sentido para la experiencia del ser en esta existencia.